Los deportes acuáticos, como la natación, el surf, el waterpolo o el kayak, son excelentes para la salud cardiovascular, el trabajo muscular global y el bienestar mental. Pero, aunque el agua suele ser un entorno más amable para las articulaciones, no están exentos de lesiones. La sobrecarga, la técnica incorrecta o incluso factores externos como el frío pueden desencadenar molestias que, si no se tratan a tiempo, se convierten en lesiones recurrentes.
Vamos a ver qué tipo de lesiones son más comunes en estos deportes y, sobre todo, cómo prevenirlas con buenos hábitos y el acompañamiento de la fisioterapia.
Índice
Lesiones frecuentes en deportes acuáticos
1. Lesiones de hombro
Especialmente comunes en nadadores, surfistas y jugadores de waterpolo. El gesto repetitivo de rotación y propulsión en el agua puede provocar pinzamientos, tendinopatías del manguito rotador o inestabilidad articular.
2. Dolor lumbar
El arco lumbar sostenido (como en estilos como mariposa o espalda, o al remar en surf) puede generar tensiones excesivas en la región baja de la espalda. También puede deberse a una falta de activación del core.
3. Lesiones cervicales
La posición de la cabeza durante la natación o las caídas con impacto en deportes como el surf pueden afectar la musculatura cervical o generar contracturas.
4. Lesiones de rodilla o tobillo
En deportes como el waterpolo (por el constante movimiento de “bicicleta acuática”) o en el surf (por giros bruscos en la tabla) pueden aparecer esguinces, distensiones o sobrecargas.
Factores de riesgo comunes
Técnica inadecuada o automatismos mal aprendidos
Falta de calentamiento o enfriamiento
Poca flexibilidad articular o desequilibrios musculares
Entrenamiento excesivo sin suficiente descanso
Uso incorrecto del material (tablas, neoprenos, aletas, etc.)
Exposición prolongada al frío o a corrientes
Consejos de prevención desde la fisioterapia
1. Evaluación previa del estado físico
Un fisioterapeuta puede valorar si existe alguna disfunción de base que pueda predisponer a una lesión: limitaciones de movilidad, debilidad en grupos musculares clave o descompensaciones posturales.
2. Plan de entrenamiento complementario
Aunque el deporte se practique en el agua, es esencial trabajar fuera de ella. Ejercicios de fortalecimiento del core, movilidad de hombro y activación escapular son claves para nadadores y surfistas.
3. Técnica, técnica, técnica
Corregir malos gestos desde el inicio evita lesiones por sobreuso. El acompañamiento de un entrenador técnico y la supervisión del movimiento por parte de un fisioterapeuta puede ser decisivo.
4. Trabajo de flexibilidad y movilidad articular
Mantener una buena elasticidad de hombros, columna y caderas es esencial. Esto se puede lograr con rutinas de movilidad diaria y sesiones específicas de fisioterapia preventiva.
5. Recuperación activa y descanso
El sobreentrenamiento en deportes acuáticos también existe. El fisioterapeuta puede ayudar con técnicas como la terapia manual, estiramientos asistidos o incluso punción seca para recuperar tejidos.
¿Y si ya tengo molestias?
No esperes a que el dolor limite tu actividad. Muchas lesiones acuáticas comienzan como pequeñas molestias que se cronifican por no recibir atención temprana. La fisioterapia deportiva puede ayudarte a recuperar antes, evitar recaídas y adaptar tu rutina de entrenamiento a tus necesidades reales.