causas del dolor de espalda al despertar y cómo evitarlo

Despertarse con dolor de espalda no debería ser parte de tu rutina diaria, pero para muchas personas lo es. Y lo curioso es que este dolor aparece justo después de haber estado “descansando” durante varias horas. ¿Por qué sucede? La respuesta no siempre es simple, pero sí hay patrones claros.

Hoy vamos a profundizar en las posibles causas de este malestar matutino, cómo puedes evitarlo… y por qué contar con la ayuda de un fisioterapeuta puede marcar la diferencia en tu día a día.

 

¿Por qué te duele la espalda al despertar?

El dolor de espalda por la mañana puede tener un origen postural, muscular, articular o incluso emocional. Aquí te explicamos las causas más comunes:

 

1. Posturas inadecuadas al dormir

Dormir boca abajo, con una pierna estirada y la otra flexionada o con el brazo bajo la cabeza puede parecer cómodo… hasta que te despiertas con una contractura. Estas posiciones generan tensiones prolongadas sobre la columna vertebral y los tejidos blandos, que por la noche no tienen forma de “defenderse”.

Dormir de lado con las piernas dobladas (posición fetal ligera) y una almohada entre las rodillas es una de las opciones más recomendadas.

 

2. Colchón y almohada que no se adaptan a ti

Un colchón demasiado blando o deformado puede hundir la zona lumbar, y uno muy duro puede impedir que los hombros o caderas se acomoden bien. Lo mismo ocurre con la almohada: si no mantiene el cuello alineado con la columna, pueden aparecer molestias tanto cervicales como dorsales al despertar.

De hecho, no todos necesitamos el mismo colchón ni la misma almohada. La clave está en adaptar el descanso a tu cuerpo, no al revés.

 

3. Inactividad prolongada durante la noche

Pasar varias horas sin moverse puede hacer que los músculos y articulaciones se enfríen y se vuelvan más rígidos. Si ya hay una zona con sobrecarga o debilidad, es normal que se “queje” al retomar el movimiento por la mañana.

Aquí es donde entra la fisioterapia como herramienta preventiva: trabajar la movilidad articular, fortalecer la musculatura postural y aprender a relajar ciertas zonas puede evitar esta rigidez constante.

 

4. Estrés o tensión emocional acumulada

El estrés no se queda en la cabeza: también se refleja en tu cuerpo. Muchas personas duermen con los hombros en tensión, la mandíbula apretada o el cuello encogido. Esta contracción involuntaria durante horas puede generar dolor al despertar, especialmente en la parte alta de la espalda o cervical.

Un trabajo conjunto entre fisioterapia, técnicas de respiración y estiramientos guiados puede ayudarte a liberar esa tensión crónica.

 

5. Lesiones previas o patologías no tratadas

Si has tenido una lesión lumbar, una hernia discal o simplemente una contractura que no ha terminado de curar, es muy probable que el dolor se manifieste especialmente por la mañana, cuando los tejidos aún están fríos.

Y ojo, muchas personas ni siquiera son conscientes de que tienen un patrón de sobrecarga hasta que empiezan a tratarse en consulta.

 

¿Qué puedes hacer para evitar el dolor matutino?

 
  • Haz estiramientos suaves antes de salir de la cama. Moviliza cuello, hombros, zona lumbar y piernas. Con ello, activas la musculatura y favoreces la circulación.

  • Cuida tu higiene postural al dormir. Dormir siempre boca abajo no solo afecta a tu espalda, también a tus cervicales.

  • No ignores el dolor si es recurrente. Tu cuerpo te está pidiendo atención.

  • Incorpora ejercicio suave a tu rutina diaria. El movimiento, bien hecho, es el mejor antiinflamatorio natural.

 

¿Y cómo puede ayudarte un fisioterapeuta?

En Fisioterapia Velázquez, trabajamos con muchos pacientes que vienen preguntándose por qué se levantan con dolor y salen sabiendo exactamente qué músculos están sobrecargados, qué hábitos deben modificar y qué ejercicios pueden hacer para reducir sus molestias.

A través de una valoración personalizada, terapia manual, ejercicios de estabilización y consejos de descanso adaptados, ayudamos a que empieces el día con energía.

Porque la fisioterapia no solo trata el dolor: te enseña a prevenirlo.

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