El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno autoinmunitario que afecta al sistema nervioso y causa debilidad muscular y en algunos casos parálisis temporal. Es un trastorno muy poco frecuente, y aunque el diagnóstico es aterrador, la mayoría de las personas que lo padecen logran recuperarse al 100% con el tratamiento adecuado y rehabilitación mediante fisioterapia.
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¿Qué es el síndrome de Guillain-Barré?
El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmunitario de la persona que lo padece, causa daños en el sistema nervioso periférico, que es el encargado de llevar las órdenes del cerebro a los músculos, y como consecuencia de ello provoca la pérdida de sensibilidad en las extremidades, debilidad muscular y parálisis.
Las causas concretas que producen este síndrome no se conocen con exactitud, pero en la mayoría de los casos se manifiesta después de haber padecido alguna infección por la bacteria campylobacter, el virus de la gripe, el virus del Zika, el VIH o el COVID-19 entre otros. También puede desencadenarse después de un traumatismo o una cirugía.
Este síndrome empieza a manifestarse sintiendo hormigueo en las manos y los pies que se va extendiendo y produciendo, primero calambres y después debilidad muscular que empeora con el tiempo, pérdida de la sensibilidad en los brazos y piernas, dificultad para caminar y tragar. En los casos más graves produce parálisis temporal, dificultad para respirar, alteraciones en la presión arterial y dificultad para tragar, hablar e incluso mover los ojos.
La importancia de la fisioterapia en el tratamiento del síndrome de Guillain- Barré
Los pacientes con este síndrome normalmente requieren ser hospitalizados para recibir el tratamiento farmacológico adecuado para minimizar la gravedad de los síntomas. Pero además, la fisioterapia juega un papel muy importante en la recuperación de la enfermedad. En un principio abordándola en su primera fase para minimizar los síntomas y después para acelerar el periodo de recuperación, mejorando la función muscular y sensorial del paciente.
Durante el tratamiento, el fisioterapeuta trabajará con el paciente valorando el estado en el que se encuentra la enfermedad para desarrollar un plan de tratamiento específico y personalizado que se adapte a sus necesidades individuales, aplicando diferentes técnicas para abordar cada uno de los síntomas. Entre ellas se encuentran las siguientes:
- Técnicas de masaje para aliviar el dolor y reducir la hinchazón y la rigidez.
- Cambios de postura y movilizaciones pasivas en los casos de pacientes más graves para evitar ulceraciones y conservar el movimiento.
- Estiramientos para evitar el agarrotamiento.
- Ejercicios de fortalecimiento, para ayudar a mejorar la fuerza muscular y prevenir la atrofia.
- Ejercicios de movilidad, para intentar mantener la movilidad articular y prevenir la rigidez.
- Ejercicios de equilibrio que ayudan a mejorar la estabilidad y prevenir caídas.
- Ejercicios de coordinación, para ayudar a mejorar la coordinación y recuperar poco a poco la capacidad de realizar tareas cotidianas.
La recuperación de un paciente con síndrome de Guillain-Barré es una recuperación lenta y tediosa, pero afortunadamente, a pesar de su gravedad, la mayoría de los pacientes logran recuperarse por completo.