La vigorexia, un trastorno de la imagen corporal caracterizado por una obsesión con la musculatura y la apariencia física, puede parecer alejada del ámbito de la fisioterapia a primera vista. Sin embargo, esta conexión subyacente entre la salud mental y la salud física ofrece oportunidades significativas para la intervención fisioterapéutica.

Aunque la fisioterapia se asocia comúnmente con la rehabilitación de lesiones físicas y la mejora de la función motora, su papel en el abordaje de trastornos de la imagen corporal como la vigorexia es menos conocido pero igualmente importante.

 

¿Qué es la vigorexia?

La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno de la imagen corporal en el que una persona se obsesiona con la idea de ser musculosa y fuerte. Afecta tanto a hombres como a mujeres y puede tener graves implicaciones para la salud física y mental.

Dado que, las personas con vigorexia suelen tener una percepción distorsionada de su cuerpo y una preocupación excesiva por la forma en que se ven.

 

Síntomas de la vigorexia

Estos pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:

  • Preocupación excesiva por la dieta y el ejercicio.
  • Realizar ejercicio físico en exceso.
  • Uso de esteroides u otras sustancias para aumentar la masa muscular.
  • Evitar situaciones sociales en las que se pueda comer o beber en exceso.
  • Sentimientos de ansiedad o depresión.
 

Causas de la vigorexia

La vigorexia puede ser causada por una combinación de factores genéticos, psicológicos y sociales. Algunas de las causas más comunes incluyen:

  • Presión social para tener un cuerpo musculoso y fuerte.
  • Baja autoestima.
  • Historia de trastornos alimentarios.
  • Historia de abuso de sustancias.
  • Trastornos del estado de ánimo, como la depresión o la ansiedad.
 

Cómo puede ayudar la fisioterapia

 
  • Evaluación integral: Un fisioterapeuta puede realizar una evaluación completa de la salud física y mental de un paciente que sufre de vigorexia. Esto puede incluir la evaluación de la postura, la movilidad articular y la fuerza muscular, así como una evaluación de la relación del paciente con el ejercicio y la alimentación.
  • Educación sobre el ejercicio saludable: Los fisioterapeutas están capacitados para enseñar a las personas cómo hacer ejercicio de manera segura y efectiva. Pueden trabajar con los pacientes para desarrollar programas de ejercicio que promuevan la salud y el bienestar en lugar de alimentar la obsesión por el tamaño y la musculatura.
  • Tratamiento de lesiones relacionadas con el ejercicio: Las personas que sufren de vigorexia a menudo están en riesgo de sufrir lesiones relacionadas con el ejercicio debido al sobreentrenamiento y al uso excesivo de los músculos. Un fisioterapeuta puede ayudar en la prevención y tratamiento de estas lesiones, así como en la rehabilitación después de lesiones deportivas.
  • Apoyo emocional: La fisioterapia no consiste solo en tratar lesiones físicas; también puede proporcionar apoyo emocional a los pacientes que sufren de trastornos de la imagen corporal. Desde Fisioterapia Velázquez 22 podemos trabajar con el paciente para abordar los aspectos psicológicos de la vigorexia y derivarlo a otros profesionales de la salud mental según sea necesario.

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