Plano detalle de una espalda con tiras de kinesiotape colocadas para un tratamiento fisioterapéutico.

Si alguna vez has visto a tu hijo salir de la consulta con unas tiras de colores pegadas en la espalda, es normal que surjan preguntas: ¿para qué sirve esto?, ¿de verdad ayuda?, ¿cuándo se utiliza en niños?

El kinesiotape, también conocido como “taping neuromuscular” o simplemente “tiras elásticas”, se ha convertido en una herramienta muy útil en fisioterapia pediátrica.
A diferencia de un vendaje rígido, no limita el movimiento, es suave con la piel infantil y puede ayudar en distintos problemas musculares, posturales o incluso respiratorios.

A continuación te contamos cómo funciona, cuándo puede ser útil y por qué muchos niños se benefician de esta técnica.

 

¿Qué es exactamente el kinesiotape?

El kinesiotape es una cinta elástica que imita el movimiento natural de la piel.
Su objetivo principal no es “sujetar”, sino acompañar al cuerpo para mejorar la función de una zona concreta: un músculo cansado, una articulación que necesita estabilidad suave o un tejido que requiere ayuda para drenar inflamación.

En niños se utiliza con tiras más pequeñas, una aplicación más suave y siempre adaptado a su tipo de piel.

 

¿Para qué se usa en fisioterapia pediátrica?

Aunque cada niño es diferente, estas son las aplicaciones más frecuentes:

 

1. Problemas posturales (como hombros adelantados o espalda redondeada)

El kinesiotape no “corrige” por sí solo, pero activa la conciencia corporal del niño: al notar la tensión ligera de la tira, tiende de forma natural a colocarse mejor.

 

2. Tensiones musculares o exceso de carga

En niños activos o que practican deporte, las tiras ayudan a relajar zonas sobrecargadas y a disminuir la sensación de molestia.

 

3. Dificultades respiratorias leves o congestión

Al colocarlo en la zona torácica, puede facilitar la expansión del pecho y mejorar el drenaje de mucosidad.
(Siempre como complemento, nunca como sustituto del tratamiento médico).

 

4. Patologías del desarrollo

Como parte de un abordaje más amplio, puede utilizarse en:

  • Asimetrías corporales

  • Retracciones musculares

  • Hipotonía leve (cuando el tono muscular es más bajito)

  • Mejorar la estabilidad de tobillos o rodillas

 

5. Inflamación o retención de líquidos

Las tiras se aplican de manera que levantan ligeramente la piel, facilitando el drenaje linfático, algo que en niños es especialmente útil tras pequeños golpes o una sobrecarga.

 

¿Funciona de verdad en los niños? ¿Qué dice la evidencia?

La evidencia científica en población pediátrica está creciendo y, aunque aún no es tan amplia como en adultos, los estudios coinciden en que el kinesiotaping puede ser útil como parte de un tratamiento global.
Lo más importante es que no es un remedio mágico, sino una herramienta más dentro de la fisioterapia.

Su eficacia aumenta cuando se combina con:

  • ejercicio terapéutico,

  • trabajo postural,

  • educación y juegos que ayudan al niño a moverse mejor.

 

¿Es seguro para la piel infantil?

Sí, siempre que:

  • se utilice una cinta de calidad,

  • se aplique con la tensión adecuada,

  • y lo coloque un fisioterapeuta formado.

La piel de un niño es más sensible, por eso las técnicas se adaptan y el profesional revisa que no haya alergias o enrojecimientos.
Si aparece irritación, simplemente se retira la cinta.

 

¿Cuánto tiempo debe llevarla puesta?

Generalmente entre 24 y 72 horas, según el objetivo.
Los niños suelen tolerarlo muy bien porque no duele, no molesta y se puede mojar.

 

¿Cuándo conviene acudir al fisioterapeuta?

Si notas en tu hijo:

  • molestias al caminar o correr,

  • postura encorvada o asimetría,

  • tensiones frecuentes,

  • dificultad respiratoria que no es médica pero le limita,

  • o si su entrenador/cole comenta que lo ve “torcido” o sobrecargado…

El kinesiotape puede ser una herramienta más para ayudarle, siempre dentro de un tratamiento personalizado.