En los últimos años hemos podido asistir a cómo el mundo del fitness en general, y del running en particular, está viviendo una nueva edad dorada. Son muchos los que auriculares en las orejas, móvil en mano y zapatillas deportivas se lanzan a las calles de sus ciudades para cuidar su salud física (y mental) haciendo varios kilómetros más o menos rápido.
Pero como es de prever, el número de lesiones relacionadas con este tipo de actividad física también están creciendo de forma exponencial. En esta entrada te vamos a explicar cuáles son las lesiones más típicas de este tipo de actividad física y te daremos algunos sencillos consejos para tratar de evitarlas.
Índice
Lesiones más comunes al correr
Aquí te dejamos con la lista de los percances físicos más comunes que se pueden relacionar al corredor amateur:
- Tendinitis rotuliana. Producida a causa de los continuos rebotes sobre el asfalto o la superficie sobre la que se corre. Se trata de la inflamación y degeneración del tendón anterior de la rodilla que une la rótula a la pierna.
- Tendinitis aquílea. Suele tener lugar al aumentar el ritmo o la distancia de forma repentina. Es una lesión por sobrecarga del tendón de Aquiles.
- Rotura fibrilar en los isquiotibiales. También conocida como desgarro muscular, suele darse con mayor frecuencia cuando el deporte practicado implica aceleraciones, deceleraciones o cambios de dirección.
- Fascitis plantar. Se trata de un dolor agudo y profundo en la planta del pie. Se da cuando la fascia está inflamada.
- Periostisis tibial. Es un dolor a lo largo de la parte interior de la tibia. Suele estar provocada en exclusiva por correr o hacer otras actividades de alto impacto.
- Síndrome de la rodilla del corredor. Suele producirse cuando se inflama la cintilla iliotibial a causa del roce repetitivo contra los huesos de la rodilla.
- Fractura por estrés de los metatarsianos. Se produce debido a la presión que los pies soportan cada vez que chocan contra el suelo.
- Condromalacia rotuliana. Se trata del desgaste o rotura del tejido (cartílago) en la parte inferior de la rótula.
Consejos para evitar lesiones haciendo running
Como has podido comprobar, son múltiples y variadas las lesiones que pueden tener lugar. Aquí tienes una lista de los 10 principales consejos para evitar lesiones haciendo running.
- Calentar antes de empezar. Sirve para preparar tanto cuerpo como mente para la actividad.
- Ir de menos a más. Mentalidad que nos sirve tanto para el día a día, como a la hora de planear una carrera. Puede ser perjudicial tanto empezar a correr sin una preparación previa como tratar de correr una determinada distancia o a un ritmo demasiado alto sin estar preparados para ello.
- Realizar estiramientos para mantener y mejorar la elasticidad. Nos ayudará a prevenir lesiones en ligamentos y tendones y optimizar el rendimiento deportivo.
- Evitar en la medida de lo posible superficies duras. Los terrenos blandos como la hierba o la tierra protegen a las articulaciones a través de una mejor articulación.
- Beber suficiente agua antes, durante y después de la actividad. Una correcta hidratación es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo.
- Someterse a chequeos médicos periódicamente. Es recomendable visitar al especialista cardiovascular si se superan los 40 años, se sufre sobrepeso, enfermedades crónicas o han pasado años desde la última vez que se practicó deporte. Asimismo, es recomendable acudir a un fisioterapeuta periódicamente para recibir tratamientos de descarga muscular en piernas y espalda.
- Comprar ropa y deportivas adecuadas. Esto incluye hacer un estudio de la pisada para adquirir unas zapatillas acorde a ellas. Debemos de recordar que el calzado es parte fundamental de este ejercicio y que debe de adaptarse a la forma de nuestro pie, nuestra pisada, que sean cómodos y que estén diseñadas para nuestros objetivos. También debemos de seguir las recomendaciones en cuanto a duración que indican los fabricantes.
- Descansar correctamente entre sesiones. Además de esto, debemos de tener un día de completo descanso sin realizar ninguna actividad al menos una vez cada semana.
- Tener una nutrición adecuada. Si tu cuerpo tiene todas las vitaminas y minerales esenciales se reducen las posibilidad de tener alguna precariedad nutricional que pueda derivarse en un problema físico.
- Tener una técnica correcta. Recurrir a un profesional puede ayudarte con ello. Este te enseñará los protocolos necesarios para optimizar el rendimiento de tu cuerpo y reducir la posibilidad de lesionarte.