Persona con dolor de rodilla en una pista de atletismo tras una lesión deportiva

Cuando un deportista se lesiona, el objetivo principal es claro: recuperarse lo antes posible y volver al entrenamiento sin dolor ni recaídas. En ese proceso, la fisioterapia juega un papel esencial, y una de sus herramientas más útiles es la electroterapia.


Aunque suene a tecnología avanzada, se trata de un método con décadas de respaldo científico, empleado para acelerar la recuperación, reducir el dolor y mejorar la fuerza muscular después de una lesión.

 

¿Qué es la electroterapia?

La electroterapia consiste en el uso de corrientes eléctricas controladas para generar respuestas terapéuticas en músculos y tejidos. Dependiendo del tipo de corriente, se puede aplicar con diferentes fines: aliviar el dolor, estimular el músculo o reducir la inflamación.

Entre los métodos más utilizados destacan:

  • TENS (Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea): ayuda a disminuir el dolor activando mecanismos naturales de analgesia.

  • EMS (Electroestimulación Muscular): favorece la contracción del músculo, ideal para mantener el tono o recuperarlo tras una inmovilización.

  • Ultrasonidos o corrientes interferenciales: muy comunes en fisioterapia deportiva para mejorar la circulación y acelerar la reparación de tejidos.

 

Beneficios de la electroterapia en lesiones deportivas

En el contexto del deporte, la electroterapia puede ser un gran complemento al tratamiento manual o al ejercicio terapéutico. Sus principales beneficios incluyen:

  • Reducción del dolor en lesiones como esguinces, sobrecargas o tendinopatías.

  • Disminución de la inflamación, especialmente en fases iniciales de la lesión.

  • Prevención de la atrofia muscular, cuando hay periodos de reposo o inmovilización.

  • Mejora del flujo sanguíneo, lo que acelera la recuperación de los tejidos dañados.

  • Reeducación muscular, muy útil en deportistas que retoman la actividad tras una lesión prolongada.

 

¿Cuándo está indicada la electroterapia?

Su uso depende del tipo de lesión y del momento del proceso de recuperación. Por ejemplo:

  • En las primeras fases, ayuda a controlar el dolor y la inflamación.

  • En fases más avanzadas, puede combinarse con ejercicios activos para mejorar la fuerza y la función muscular.

Eso sí, siempre debe ser aplicada y supervisada por un fisioterapeuta, que ajustará la intensidad y el tipo de corriente según las necesidades de cada paciente.

 

Un aliado para volver al deporte

La electroterapia no sustituye al trabajo físico ni al tratamiento manual, pero sí es una herramienta complementaria muy eficaz dentro del plan de fisioterapia. Combinada con ejercicios específicos, estiramientos y un buen seguimiento profesional, ayuda a los deportistas a volver a su nivel anterior con mayor seguridad y menos molestias.